
Cuando Mindseye fue presentado por primera vez, las expectativas no pudieron estar más altas. Con una estética cinematográfica, un mundo futurista intrigante y el respaldo del estudio Build A Rocket Boy, muchos lo veían como una propuesta revolucionaria dentro del universo Everywhere. Sin embargo, el resultado final dista mucho de lo prometido. En lugar de una obra impactante y pulida, el juego llegó plagado de errores, con una ejecución tan pobre que ha pasado rápidamente de ser esperado… a olvidado.
UNA IDEA AMBICIOSA, UNA ENTREGA INCOMPLETA
La idea inicial detrás de Mindseye era clara: ofrecer una narrativa intensa y visualmente espectacular, ambientada en un universo de ciencia ficción vibrante y en constante expansión. Pero desde el primer momento del lanzamiento, los usuarios se toparon con un producto incompleto, lleno de errores gráficos, fallos de rendimiento y decisiones de diseño cuestionables.
Texturas que no cargan, físicas rotas, cinemáticas que se cortan sin sentido, bugs que impiden avanzar en misiones y animaciones desincronizadas fueron solo la punta del iceberg. La experiencia de juego se ve constantemente interrumpida por errores técnicos que deberían haber sido corregidos en fases tempranas de desarrollo.

CIFRAS QUE NO MIENTEN
Una de las señales más alarmantes del estado de Mindseye ha sido su recepción en Steam. En su primera semana, el título apenas logró un pico de 158 jugadores simultáneos, un número preocupantemente bajo para un juego tan promocionado. Actualmente, su presencia en la plataforma es casi nula, y la mayoría de críticas de los usuarios apuntan a una misma idea: “no está terminado”. Los foros y redes sociales también han sido implacables. Jugadores frustrados publican clips de fallos constantes y exigen reembolsos, mientras otros simplemente lo abandonan tras pocas horas de juego.
UN SILENCIO QUE DESCONCIERTA
Aunque el equipo de Build A Rocket Boy aseguró estar trabajando en parches para mejorar la experiencia, hasta ahora no ha habido una comunicación transparente ni efectiva. No existe una hoja de ruta clara, ni una explicación convincente sobre cómo fue posible lanzar un título en este estado. Este silencio ha terminado por quebrar la confianza de la comunidad. Muchos se sienten engañados, especialmente considerando el alto nivel de marketing previo y las promesas que se hicieron en presentaciones públicas.

DEMASIADA PUBLICIDAD, MUY POCO CONTENIDO
Durante su campaña previa al lanzamiento, Mindseye recibió una gran cobertura en eventos de la industria, incluyendo tráilers espectaculares y menciones destacadas en conferencias importantes. Sin embargo, el producto final está tan lejos de lo mostrado en esos avances que muchos lo consideran publicidad engañosa. Lo más alarmante es que gran parte del contenido que parecía formar parte esencial del juego no existe, o está tan mal implementado que es prácticamente injugable. Se esperaba una experiencia narrativa sólida, y lo que se entregó fue una sucesión de errores técnicos con historia confusa.
UNA OPORTUNIDAD DESPERDICIADA
Lo más triste de todo es que Mindseye tenía potencial. Su propuesta estética, su narrativa base y el intento de ofrecer algo distinto dentro del ecosistema Everywhere eran ideas valiosas. Pero un producto sin pulir no puede sostenerse solo por su concepto. Sin una jugabilidad funcional ni una experiencia fluida, el juego colapsa bajo su propio peso. Y mientras otros títulos indie demuestran que con pasión y buen diseño se puede lograr el éxito, Mindseye pasará a la historia como una advertencia de lo que sucede cuando se lanza un juego antes de que esté listo.

Conclusión
Mindseye es, sin lugar a dudas, una de las mayores decepciones del año. Lo que debía ser una experiencia revolucionaria, terminó siendo una montaña de frustración para quienes confiaron en él. Aún hay tiempo para enmendar el rumbo, pero el daño ya está hecho. Esperemos que esta amarga lección sirva como advertencia para otros estudios que antepongan el hype al estado real del producto.